Paseo 08
Santo Domingo – Portillo
“Y volvíamos a la calle, al frío ventolero de los inviernos, al calor asfixiante de los días de julio”
Dejamos la plaza de Santo Domingo por la calle Mayoral atravesando las calles de Cereros, San Blas, San Pablo y Boggiero. Salimos a Conde Aranda, vía principal de la ciudad que nos conducirá hasta la Plaza del Portillo. En ella nos esperan nuevas páginas de la historia aragonesa. Este lugar fue escenario de duros combates durante Los Sitios y de la iglesia barroca que se ubicaba junto a las murallas poco queda. En el centro de la plaza, el monumento en honor a las heroínas nos recuerda el protagonismo que tuvieron las mujeres zaragozanas en la defensa de esta entrada a la ciudad. A escasos metros, ocultando el edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón, se levanta el hermoso ruedo de la plaza de toros.
Y hacia el barrio de las Delicias, donde arranca la Avenida de Madrid, el castillo de la Aljafería del s. XI, actual sede de las Cortes de Aragón, testimonio del esplendoroso pasado musulmán de Zaragoza. El palacio fue testigo del amor de los aragoneses por José Antonio Labordeta cuando en miles se reunieron para darle un último adiós. Frente a la Aljafería nos espera el restaurante de Casa Emilio, el de “ese ciudadano que nos dio de comer en épocas de represión”. En él, bajo el retrato que preside el rincón dedicado a José Antonio, todavía se reúnen muchos de sus buenos amigos.